La mente detrás del primer espacio público interactivo e inmersivo de América Latina

El origen del proyecto de Jorge Contreras en La Peni y el Parque de La Paz

Jorge Contreras es la mente que está detrás del primer espacio público interactivo e inmersivo de América Latina. Había trabajado en el pasado en Mérida, pero nunca se imaginó que uno de sus proyectos más importantes en esta ciudad fuera un sitio que estuvo frente a él en infinidad de ocasiones.

“Está en la avenida por la que pasan todos los que llegan a Mérida por avión”, señala. “Es una de las puertas de la ciudad”. 

“El triángulo de las jaulas tiene sus vértices en el zoológico, el hospital psiquiátrico y la penitenciaría…”, lo ubica Juan Villoro en Palmeras de la brisa rápida. Cuando los presos y enfermemos fueron trasladados a otros edificios, “el problema de qué hacer con tantos cuartos enrejados se resolvió cuando alguien recordó que la cultura es la retaguardia de la locura y el crimen…”.

Esas páginas forman parte del coctel con el que se inspiró Contreras, años después, para materializar el primer espacio público inmersivo e interactivo de América Latina en La Peni y el Parque de La Paz. Algo no cuadra con su edad, ya que su currículum abarca varias vidas: es un productor creativo anfibio, con éxitos en cine, teatro, televisión, circo, conciertos y espacios gastronómicos. 

Ha trabajado con el Cirque du Soleil, donde fue productor creativo audiovisual del espectáculo Luzia, y con la compañía Finzi Pasca; ha creado series, como Tap: Taller de actores profesionales, para Canal Once, y ha producido el documental sobre Gabriel García Márquez El Gabo y el cine.

Como integrante de Noiselab —conglomerado mexicano independiente dedicado a la edición y lanzamiento de discos, diseño de páginas web y organización de conciertos— ha participado en la organización de conciertos y otras experiencias inmersivas, como la instalación Skalar, en el Frontón México.

En Mérida Jorge Contreras ha trabajado en múltiples ocasiones; su último espectáculo fue protagonizado por drones, que iluminaron la noche y rompieron récords. Su obra siempre ha sido llamativa, estridente. Sin embargo, en la que ahora acaban de presentar se voló la barda: es única en su tipo en el país, y, sin lugar a dudas, se convertirá en un referente instantáneo en América Latina. 

El edificio de la Penitenciaría Juárez languidecía en la modernidad de la ciudad, arrastrando consigo al Parque de la Paz. Ambos espacios habían perdido su espíritu; el presente se trasladó a otros barrios, olvidándolos. La Penitenciaría se había reducido a reducto de trámites burocráticos y las calles aledañas a estacionamiento de vehículos de traslado médico. Ni como referencia se les mencionaba, de acuerdo con Contreras. 

Todo eso ha cambiado en unos días, coincidiendo con la inauguración de La Peni y el Parque de La Paz, el primer espacio público inmersivo e interactivo de América Latina. Contreras y su equipo transformaron ese sitio en un ecosistema digital, con videomapping, pantallas táctiles, portales y una fuente interactivos y música ambiental. El proyecto es único porque, por primera vez, el auditorio se convierte en protagonista. 

Contreras se reunió con el director de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Irving Berlín Villafaña, y juntos empujaron para que el proyecto pasara del papel a la realidad. Sin embargo, la pandemia los obligó a guardar la revolución en el archivero. Fue hasta que la tormenta del coronavirus amainó cuando se comenzó a trabajar en serio en la transformación del lugar. 

A pocos días de su inauguración, Jorge Contreras considera que la característica más importante de este proyecto es que se realiza en un espacio público. En el mundo, hay diversos espectáculos con características similares, pero ninguno es gratuito, todos cuestan: fueron hechos con el objetivo de ganar dinero. ”Este no; este es un espacio recuperado para las y los meridanos”. 

”En lugar de que las familias vayan a pasear a los centros comerciales, en donde el atractivo es ver qué pueden comprar y qué no, aquí las familias convivirán y se divertirán, sin la necesidad de gastar un sólo peso”, asegura Jorge. ”La Peni y el Parque de La Paz se convertirán en un importante atractivo para la ciudad, tanto para las y los meridanos como para los visitantes”. 

El espectáculo que se cocinó ahí es permanente, y tiene funciones todas las semanas. Además, ya comenzó a servir de escenario para diversos eventos, como los conciertos de música electrónica con los que se despidió a 2023. El lugar, después de una temporada en el purgatorio, cobra de nuevo vida. Esa nueva actividad, sin lugar a dudas, repercutirá en todo el sector, vaticina el productor. 

Antes de su inauguración, La Peni y el Parque de La Paz se convirtieron, durante varios meses, en una torre de Babel, en donde creativos y técnicos de varios países trabajaban para darle sustancia a la idea. El idioma común era la música, las luces y el moviemiento. Aún con este revoltijo de lenguas, Jorge Contreras recuerda que él y su equipo “aprendieron a hablar en yucateco, pensar en yucateco y sentir en yucateco…”. 

”Desde esa humildad venimos a compartir lo que sabemos honrando su historia y su profunda manera de vivir; venimos a compartir y a aprender”, añade. Esa gran máquina que altera los sentidos funciona con engranes de historia yucateca. Ahí, en ese espacio público inmersivo e interactivo se le rinde homenajes a figuras yucatecas y a sus creaciones; la gente verá, escuchará y, en algunos casos, revelará la obra de las mujeres y hombres que han moldeado a Yucatán. 

De eso y más se trata La Peni y el Parque de La Paz.

La Jornada Maya